Gómez antes de confesar sus faltas ante el camisario, se excusa.
-Hoy a la madrugada
Me di cuenta en un sueño
Que ya siquiera soy dueño
De lo que llaman honor...
-La pucha, que hace calor
¿Este pueblo es caribeño?-.
Y bañado en su sudor,
Desabrochó su camisa
Pa' sentir alguna brisa
Que calmara ese tambor,
Que en su pecho Tronador
Sonaba sin son y a prisa.
Luego como en su casa,
viendo que el fervor seguía,
con completa normalía
sacóse sus alpargatas
dejando a luz sus patas
repletas de Vellerías.
se sintió un poco aliviado,
se tronó juerte los dedos,
ya dispuesto al cacareo
miró al comisario fijo
y esto jue lo que le dijo,
filosofando el enredo:
-Yo sè que p'algunas cosas
soy hombre que se da maña,
mas no soy como una araña
que teje esperando presa.
Usté sabe mi cabeza
se parece a una maraña.
Y trabaja sin pensar
como lo hacen los güeyes,
si usté la azota obedece
mas no le saque el arado
y le muestre el colorado
porque enseguida enjurece.
Es así como me vi
libre como un conejo,
y si de algo me quejo
es de mi ser chismoso,
y cuando me caigo a un pozo
en vez de salir me alejo.
Me alejo siempre pa'l jondo
aunque tuviera escalera;
escarbo como si juera
una pequeña lombriz,
meto siempre la nariz
que es grandota y julera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario