A fuego fuerte...

15.9.10

Cazador

Nada hubiera esperado ya de aquella tarde nublada y pesada que  moría, nada. Encendí un último Lucky Strike. Y,allí la  vi, con su pollera rosa, su carpeta. Me acerqué con sigilo, para que no sospechara nada. Choqué su carpeta para que cayera al suelo. Los bocetos formaron un otoño de hojas blancas aterrizando lentamente del árbol de la vida.
-Disculpa. No fue mi intención. Te ayudo.
Levantaba los papeles y los apilaba rápidamente unos tras otro en mi brazo. No tenía ninguna intención de sacar mi vista de sus curvas que se armaban mientras recogía sus trabajos junto a mí. El último dibujo lo tomamos cada uno de puntas opuestas. Y fue ahí cuando mis ojos se cruzaron por primera vez con los suyo. grises como el cielo de esa tarde. Nada de maquillaje que ensuciara su cara. Estaba seria. Ya le arrancaría una sonrisa. Conozco todos los trucos y trampas de la caza.
Solté mi punta y ella quedó con el boceto. Yo examiné los que había recogido.
-Mm, ¿dibujas?
-Sí. Es mi pasatiempo.
-Tienes dotes. Podrías ser una gran dibujante.
-Aún falta mucho para eso.
-¿Cómo te llamas?
-Marie.
-Marie ¿Eh? Lindo nombre.
Quedó callada.
-Me llamo Rob. A mí también me gusta dibujar.
-¿En serio?
-Sí. Pero no soy tan bueno como tú.
-Es cuestión de práctica. Así dice mi profesora.
-Ajá, es cuestión de práctica. Dime, Marie, ¿hace mucho que dibujas?
-Desde chiquita me gusta dibujar. Mi madre también dibuja.
-Ajá. Es hereditario.
Sonreí. Quedó callada.
-Hace calor.
-Sí, hace mucho calor.
-Me tomaría un helado ¿No quieres tomar un helado?
-No puedo, me tengo que ir.
-¿Qué gusto prefieres?
Sonreí. Me miró callada.
-Es sólo una pregunta.
-Chocolate.
-Mm, chocolate- Me pasé la lengua por los labios. Me miró callada. –Apuesto a que te encanta.
- Me encanta.
-A mí también. No por nada tengo esta barriga.
Sonrió.
-No estás tan gordo.
-No, no lo estoy. De chocolate entonces.
-No puedo.
-De acuerdo, de acuerdo. Tú te lo pierdes. Yo sólo quería disculparme por mi torpeza de haber tirado tus dibujos. Pero si no puedes...
-Está bien.
-Genial. Tomemos un helado de chocolate.

Hoy leí en el diario que los dibujos de Marie Anderson son extraños. Mezclan helados de chocolate en llamas. Días nublados con témpanos que se derriten. Parecen gritar pero no lo hacen. Hermosas esquinas que luego rompe vuelve a unir con cinta adhesiva. Trampas de osos puestas en la vereda.

No hay comentarios: